Un celiaco por el mundo. Salsa de soja, mi oscura enemiga

Recuerdo el día que probé la salsa de soja por primera vez. Entonces no me habían diagnosticado la celiaquía. La vimos en un supermercado de Málaga y la probamos, no me desagradó, pero tampoco volví a comprarla. Nunca imaginaría que años más tarde me perseguiría por todo el sudeste asiático.

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En el 100% de los restaurantes de Asia hay salsa de soja. Y si digo que en el 95% de los platos se usa, puede que hasta me quede corto. De este largo viaje por el mundo dedicamos 10 meses a recorrer todo el sudeste asiático. Desde que llegamos a Singapur era el ingrediente que no podía faltar en cualquier arroz frito, del mismo modo continuó en Malasia, Indonesia, Tailandia, Laos, Vietnam, Camboya, Myanmar y, algo menos, en Sri Lanka y Filipinas.

Para los cocineros asiáticos, sea en el más modesto puesto callejero o en el el más lujoso restaurante, pedir un plato sin salsa de soja les puede parecer un sacrilegio. Existe gran preocupación por el sabor en la comida asiática y la soja potencia el sabor de muchas recetas, de modo que pedir algo sin soja puede ser para los cocineros como pedir algo insípido, malo. Así que me suponía un verdadero esfuerzo librarme de la salsa de soja, que puede contener hasta un 25% de trigo en su composición.

Todo lo anterior, por supuesto, sin tener en cuenta que en muchos lugares no hablan ni un mínimo inglés y donde realmente he tenido que desarrollar habilidades expresivas para poder explicarme, además de otros trucos que en breve compartiré.

Tanta afición por la soja queda evidente en los supermercados, que por muy básicos que sean siempre tienen una enorme variedad de salsas. Y es que no solo la de soja es la enemiga del celiaco, hay otras muchas que son igualmente utilizadas en Asia y que pueden tener gluten: de ostras, de pescado, de cacahuetes, picante, de tomate, etc.

Pensaba que me libraría de mi oscura pesadilla ahora que estoy en Colombia. Estaba equivocado, aquí no se conoce mucho la salsa de soja, pero sí la salsa negra, que viene a ser lo mismo. Por fortuna, su uso en la cocina no es tan frecuente, pero su mera existencia me hace añadirla a la lista de ¿no lleva? cuando pido algo para comer: ¿No lleva ningún tipo de harina, no lleva polvos maggi, no lleva salsa negra...?

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