Es fácil comprobar que las entradas de
este blog llevan retraso respecto a nuestro recorrido. La sección
Route, con nuestra ubicación actualizada, siempre marca
varias chinchetas por delante del último post. Así que,
aprovechando un momento de tranquilidad en Gili Trawangan y mientras
me vence el sueño, se me ocurre, como curiosidad, escribir un post
sobre nuestras entradas en este blog. Estamos ya en los últimos días
de Ramadán, por lo que escuchar un día más la oración de varias
horas de la mezquita próxima a la habitación puede que influya en
mi lucidez, y en mi sueño.
El plan de cada día es viajar y
conocer al máximo el lugar en el que nos encontramos, pero también
queremos dejar constancia para nosotros y para quién nos lea de
nuestra visión de cada sitio. Del mismo modo, también creemos
interesante twittear fotos o frases de momentos que en ese día
nos hayan impactado o gustado especialmente.
Aunque una libreta de papel
parezca ya desfasada, a nosotros nos va muy bien escribiendo (o más
bien codificando, con mi letra ilegible) de modo más personal y
extenso cada día de viaje. Esas páginas se quedan para para
nosotros. Ahora bien, cuando el devenir diario nos deja ratos libres,
esas ideas en papel son las que refrescan nuestra memoria y las
trasladamos a la página web de manera resumida. Luego lo revisamos,
seleccionamos algunas fotos entre las miles de la cámara y nos
quedamos más que contentos con cada nueva entrada.
Hay días en los que se acumulan los
desplazamientos, son los más agotadores: muchas horas en autobuses,
trenes o barcos a cuál más incómodo; esperas eternas entre un
medio de transporte y otro, etc. Otros, las actividades del día o la
programación del siguiente destino nos limitan el tiempo que
dedicaríamos a la página y preferimos cambiar "blog por
descanso".
Siendo sinceros, si bien los días
antes mencionados existen en nuestro viaje, son los que menos. La
realidad es que las experiencias del viaje nos hacen desconectar de
ordenador, de blog y de todo lo que no tengamos delante de nuestros
ojos. Qué mejor que dejar constancia bien escrita en nuestra
memoria?
Cuando finalmente tenemos redactado y
corregido el texto con las imágenes, el siguiente reto es encontrar
una conexión wifi pues no siempre nos alojamos en hostales que
lo ofrecen, ni hay en todas las cafeterías del Sudeste Asiático.
Y más complicado todavía, que la red
tenga la velocidad suficiente para cargar las páginas webs. Disponer
de conexión en algún restaurante está muy bien para twittear, que
es relativamente rápido, pero para publicar una entrada necesitamos
algo más de tiempo.
Termino con esta entrada atípica sin
tener claro qué etiqueta añadirle ni cuándo la publicaremos, pero,
al menos, eso sí, escrita ya está.
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