Yangon

Ya habíamos estado en la antigua capital de Myanmar casi un mes antes, cuando iniciamos la ruta hacia el norte. Antes de volar hacia el Sri Lanka, paramos dos días en la ciudad que menos nos ha gustado del viaje para visitar la Shwedagon Pagoda.




Bagan (Nyaung U)

Tras cinco días en este lugar maravilloso, no creemos que sea fácil encontrar un paisaje tan impresionante como el del amanecer en Bagan. La imagen del sol descubriéndonos un cuadro tan perfecto de estupas repartidas en el el horizonte entre la vegetación es irrepetible.


Mandalay

La segunda ciudad más grande de Myanmar no es especialmente atractiva, con calles polvorientas y mucho tráfico. Sin embargo, es un buen punto de partida para visitar las antiguas ciudades imperiales.


Hsipaw

A pesar del frío de esta pequeña ciudad al norte de Myanmar, Hsipaw terminó atrapándonos. El mayor atractivo es el trekking por sus alrededores, siempre verdes y salpicados de estupas y, sobre todo, ver cómo pasan la vida sus alegres habitantes, siempre dispuestos a brindarte conversación y una sonrisa.


Lago Inle (Nyaungshwe)

Situado a 900 metros de altitud, entre las montañas del centro de Myanmar despedimos el 2013 en esta enorme balsa de agua de más de 110 km2. Es mágico avanzar atravesando la niebla hasta que, en medio del lago, el sol se abre paso y aparecen los pescadores guardando el equilibrio en sus barquitas de madera. Más especial todavía fue este momento por ser el primer amanecer de este 2014.


Bago

El ritmo de esta ciudad, a 80 kilómetros al norte de Yangón, es frenético. Su calle principal está saturada de tráfico durante todo el día, sin embargo, su visita está más que justificada por los puntos de interés que encontramos en sus alrededores.